¿Te has sentido alguna vez presa de la incertidumbre y el desánimo?
Hace unos días una colega de profesión llamada Jessica, me escribía compartiendo lo duro que se le hacía mantener la constancia y el esfuerzo en su estudio diario para sacar una oposición. Y me preguntaba si podría darle algún consejo para clamar los nervios de la incertidumbre y no desanimarse.
Inicialmente pensé en declinar amablemente tan generosa petición. Si nunca he opositado, ¿quién soy yo para aconsejar a nadie sobre el tema? Pero luego cambié de opinión… ¿qué mejor manera de demostrarle a alguien cuánto le agradeces su confianza que al menos intentar algo por él o ella?
Así que me puse a pensar en momentos de vida en los que sentí dudas acerca de un objetivo, en los que empecé a sentir el aliento del desánimo cerca de mi. Esos momentos en los que la cabeza te echa humo, sientes que no avanzas y empiezas a dudar de si el esfuerzo merece la pena.
Traté de recordar que me ayudó en esos casos… empezó a salir algo…
También recuperé lecturas pasadas relacionadas con la neurociencia y cómo funciona nuestro cerebro, qué cosas le ayudan a estar en forma y feliz…
Y ¡»EUREKA»!
Di con un consejo tan simple y efectivo que te va a parecer mentira.
Te aviso: es muy simple de poner en práctica pero no tan sencillo como parece al contarse.
Un abrazo,
Miguel Ángel.
PS: Un comentario público para Jessica.
Muchas gracias por escribir y pedir consejo. Espero que te sea de ayuda. A mi me has ayudado mucho a sentirme mejor, sólo por el hecho de buscar soluciones a este desafío