Como coach veterinario, he tenido el privilegio de entrenar a muchos médicos veterinarios en el arte de la comunicación efectiva. A menudo, escucho: “Yo no tengo tiempo para preocuparme por comunicarme como recomiendas”. Sin embargo, lo que muchos no se dan cuenta es que no tienen tiempo para no hacerlo.

En cada consulta, hay dos expertos presentes: el médico veterinario y el cliente, ambos desempeñando un papel crucial. Ambos son como espejos, reflejando sus conocimientos y experiencias. Pero aquí está la clave: solo cuando estos dos expertos trabajan juntos, generando acuerdos, se logra una medicina efectiva.

Imaginen la consulta como una danza de conocimientos y experiencias. Sin una comunicación efectiva, esta danza se vuelve torpe y descoordinada. ¿La solución? Hacer partícipe al tutor, al otro experto en la sala. Porque, al final del día, la verdadera magia de la medicina veterinaria ocurre cuando médico y cliente se unen para tomar decisiones informadas y co-crear el mejor plan para la salud del paciente.

La comunicación efectiva no solo es una habilidad, es la columna vertebral de la atención veterinaria de calidad y es una responsabilidad. Si la entrenamos, sólo entonces podremos ofrecer un servicio integral que no solo cure enfermedades, sino que también construya relaciones duraderas con los clientes.

Recuerden, en cada consulta hay dos expertos, ¡y la buena medicina sólo puede nacer cuando ambos colaboran en armonía!

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